Con los pies en el agua [Hades +18]

Me adentré en el bosque y comencé a caminar observando a los pequeños animales que habitaban en él. Llevaba un rato paseando cuando vi un río que atravesaba el bosque y me acerqué a la orilla. Me quité los zapatos y me senté mientras probaba con la punta del dedo del pie el agua, estaba cálida. Metí los pies enteros y eché la cabeza hacia atrás con los ojos cerrados.

Noté la presencia de alguien que se había acercado. No me hizo
falta abrir los ojos para saber quien era.
-¿Qué te trae por aquí, Hades? -dije aún con los ojos cerrados mientras movía los pies en el agua.

-Eso tenía entendido -giré la cabeza con una media sonrisa y le vi mirando al cielo. Alcé la vista y contemplé la luna llena-. Está hermosa, ¿no crees?

Baja la cabeza y le mira esbozando una sonrisa pícara y un tanto juguetona.
-Pero eso no es algo nuevo, ¿no? -pregunté, aunque sin necesidad de esperar una respuesta.

Se levanta y le mira sonriendo de medio lado. Se mete despacio en el agua con el vestido blanco que llevaba puesto, nada un poco hasta que no toca pie y sumerge la cabeza para mojarse el pelo.
-¿Te apetece darte un baño? -le pregunta tentándole.

-Ummm -dice asomándo solo los ojos por encima de la superficie del agua-. En el sentido que tu quieras darle -nadó un poco, aunque torpemente por el vestido empapado.

-Aquí no puedes quemar nada, ¿eh? -sonríe divertida y comienza a nadar en círculos alrededor de Hades despacio, pues el vestido no la permitía nadar rápido.

Estaba desprevenida cuando al coge de la cintura y empieza a besarla, pero rápido se recompone y contesta al beso de Hades con dulcura. Le pasa los brazos por detrás del cuello y se pega más a él.

Notaba el pulso latiéndole por todo su cuerpo, no quería despegarse de Hades, él sabía lo que de verdad les gustaba a las mujeres. Hace una pausa para recuperar el aliento.
-Si no te conociera pensaría que ibas a preocupar más tarde por Perséfone -le susurra al oído y le muerde el lóbulo de la oreja provocándole.

-Te conozco -susurra. No aguanta tener los labios separados de los de él por más tiempo y vuelve a bersarlo con más intesidad, apretándo cada una de las partes de su cuerpo contra las de él.

Le agarra del pelo mientras continúa besándolo con la respiración agitada. Sentía las manos de él recorriendole el cuerpo y le gustaba, sobre todo por el hecho de que Hefesto no le podía impedir que tuviera relaciones con otros hombre.

La gustaba que la mordiera el labio y la oreja. Abre los ojos y ve que se está divirtiendo, sonrie sensualmente y le besa el cuello.

-¿En serio? -sonrie divertida. Le muerde en el cuello y rie levemente divertida. Le gustaba provocarle.